
El repentino brote de la pandemia de COVID-19 en 2020 trastornó el ritmo de vida de todos y paralizó nuestras vidas. No solo se suspendieron nuestras actividades cotidianas, sino también nuestros ingresos. Debido a las medidas de cuarentena obligatoria del gobierno y a la preocupación por la seguridad de sus familias y la suya propia, muchos chinos residentes en el extranjero se vieron obligados a dejar de trabajar durante meses. Gracias al esfuerzo conjunto del gobierno y la ciudadanía, la pandemia mejoró gradualmente y la vida poco a poco volvió a la normalidad, con los chinos residentes en el extranjero reincorporándose al trabajo. Justo cuando la gente se encontraba inmersa en la alegría de la inminente victoria sobre el virus y en la esperanza de una vida mejor, una segunda ola de la pandemia azotó inesperadamente. Sin embargo, las desgracias nunca vienen solas; esta vez, además de la pandemia, también se produjeron incendios."Cuando llueve, diluvia; cuando el barco llega tarde, le pilla el viento en contra."

El 29 de agosto, un grave incendio arrasó una zona industrial de Oviedo, en el norte de España, destruyendo ocho almacenes propiedad de comerciantes mayoristas de calzado, ropa, bolsos y artículos de consumo, originarios de Zhejiang. El incendio ocasionó importantes pérdidas económicas y un gran trauma a los negocios afectados. Afortunadamente, gracias a una evacuación oportuna, no se registraron víctimas, a pesar de las cuantiosas pérdidas. Al conocer el incidente, los departamentos de asuntos de la diáspora china en la provincia de Zhejiang expresaron su profunda preocupación por el bienestar de los negocios afectados y encargaron a la Asociación Española de Chinos de Ultramar la coordinación con la Asociación de Comisarios de Ultramar.AustriaLa Asociación de Chinos de Ultramar, utilizando el Fondo de Asistencia Antiepidémica de Zhejiang, realizó visitas domiciliarias conjuntas y brindó asistencia a las empresas chinas de ultramar cuyos almacenes se vieron afectados por el desastre.

Con motivo del Día Nacional y el Festival del Medio Otoño, además de expresar las condolencias y la ayuda de la patria, enviamos pasteles de luna a cada una de las familias chinas afectadas por las pérdidas sufridas en el extranjero. Unas pocas cajas de pasteles de luna no son caras y no pueden paliar significativamente las enormes pérdidas que han padecido estas empresas, pero lo que importa es el gesto. Esperamos que esto les brinde esperanza y confianza.

Con el firme apoyo de la patria, las comunidades chinas en el extranjero y los chinos de ultramar, creemos que los empresarios chinos afectados podrán recuperar su confianza y reconstruir su antiguo esplendor.

















